VATICANO,
Durante el rezo del Regina Coeli en la Plaza de San Pedro este domingo en el Vaticano, el Papa Francisco reflexionó sobre su peregrinación al Santuario de Fátima los días 12 y 13 de mayo para celebrar los 100 años de las apariciones de la Virgen y canonizar a los pastorcitos videntes Santa Jacinta y San Francisco Marto.
Ante unos 25 mil fieles presentes, el Santo Padre resaltó que "en Fátima, la Virgen eligió el corazón inocente y la simplicidad de los pequeños Francisco, Jacinta y Lucía, en los cuales depositó su mensaje. Estos niños lo escucharon dignamente, y así fueron reconocidos como testigos fiables de las apariciones y se convirtieron en modelos de vida cristiana".
"Con la canonización de Francisco y Jacinta se ha querido proponer a toda la Iglesia su ejemplo de adhesión a Cristo y de testimonio evangélico. Su santidad no es consecuencia de las apariciones, sino de la fidelidad y del ardor con los que han correspondido al privilegio recibido de poder ver a la Virgen María".
"Después del encuentro con la 'bella Señora', recitaban frecuentemente el Rosario, hacía penitencia y ofrecían sacrificios por el fin de la guerra y por las almas más necesitadas de la divina misericordia":
El Papa destacó que al haber vuelto anoche de su viaje a Fátima, "nuestra oración mariana de hoy asume un significado particular lleno de memoria y de profecía que mira la historia con los ojos de la fe".
"En Fátima me he sumergido en la oración del santo pueblo fiel, oración que allí fluye como un río desde hace 100 años para implorar la protección materna de María sobre el mundo entero".