MADRID,
Kelly Martínez fue vientre de alquiler en tres ocasiones y dio a luz cinco niños que entregó a otros por dinero, pero tras su última experiencia que le abrió los ojos, asegura que "no lo volvería a hacer" y decidió unirse a la campaña internacional para poner fin a esta práctica.
En una entrevista concedida al diario ABC, la americana Kelly Martínez explica que lo que le llevó a comenzar en el mundo de los vientres de alquiler fue que le "motivaba que me pagaran por hacer algo que me gustaba y se me daba bien".
Cobraba unos 35 mil dólares por gestación, pero todo cambió en el último embarazo por subrogación. Era una pareja española que querían un niño y una niña, pero no sucedió así y comenzó a gestar dos niños.
La relación con la pareja española fue convirtiéndose cada vez en más tensa y extraña porque "habían pagado un extra para tener niño y niña y estaban realmente disgustados", asegura.
Esta situación de tensión hizo que Kelly padeciera una enfermedad llamada "preclamsia", por la que se aumenta la presión arterial y es muy grave para las embarazadas y en ocasiones, mortal.