MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, aborda en su carta semanal el pasaje evangélico de los discípulos de Emaús, que es "toda una catequesis eucarística" que nos recuerda que en la Eucaristía está Jesús "vivo y resucitado, presente hasta el final de los tiempos".
Los discípulos, desanimados no reconocen a Jesús, sin embargo Él "entra suavemente en sus vidas, agobiadas por la tristeza y el sinsentido". "Jesús pacientemente les escucha, los acoge, se hace cargo de sus preguntas, comprende su situación", afirma.
"Jesús nos hace entender que en esos momentos de agobio, cuando no hay ninguna esperanza, Él está ahí discretamente, sosteniendo, acompañando, ayudando, dando sentido a la vida", asegura el Prelado.
Según el Obispo de Córdoba, Emaús es también "una pedagogía, una manera de entrar en diálogo, saliendo al encuentro de quienes sufren, de quienes no tienen esperanza" y anima a acompañarlos y "ponerse a su altura, sin pretensiones de superioridad y mostrarles las razones de nuestra fe, de nuestra experiencia, sin presionar nunca la libertad del otro".
Esa pedagogía, según explica Mons. Fernández, responde a las necesidades del otro y presenta con "sencillez y humildad" las propias convicciones.
Para evitar adaptar la fe a nuestra comodidad y poder transmitirla verdaderamente a otros, Mons. Fernández alienta a estudiar la Escritura "en la Iglesia, en la comunidad, en la comunión con quienes tienen la misión y la autoridad de interpretarla: los pastores".