LIMA,
El Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani, afirmó que "Dios tenía que sacarnos de esa oscuridad y ese terror irracional que se había instalado", al conmemorarse los 20 años de la operación Chavín de Huántar, con la que concluyó la toma de la embajada de Japón a manos de los terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA).
Chavín de Huántar fue el nombre de la operación militar para rescatar a los 72 rehenes que retuvo el MRTA entre diciembre de 1996 y abril de 1997 en la residencia del entonces embajador de Japón, Morihisa Ahoki.
El Cardenal Cipriani, que era en ese tiempo Arzobispo de Ayacucho, actuó como garante de la Santa Sede en las negociaciones para liberar a los rehenes.
La operación se llamó Chavín de Huántar porque los túneles que cavó el ejército para ingresar a la residencia, el 22 de abril de 1997, se construyeron siguiendo el modelo de los encontrados en los restos arqueológicos, en el lugar del mismo nombre, en el departamento andino de Ancash.
En el programa Ampliación de Noticias de RPP, el Cardenal Cipriani recordó que "el clima de fe y de oración dentro de la Embajada fue muy grande. Eran muy conscientes todos, también el MRTA, de que la actuación de Dios tenía que sacarnos de esa oscuridad y ese terror irracional que se había instalado".
"Todos rezábamos y seguíamos de cerca esa confianza en que Dios nos daría una mano. Fue un elemento importantísimo en la mente de los rehenes, al igual que el enorme dolor que tenían, alejados de sus hijos, de sus padres, de sus esposas. Había allí una situación enormemente dolorosa, en la que los rehenes se portaron con una grandeza y fortaleza de ánimo estupenda".