PARIS,
El P. Jacques Mourad, sacerdote sirio secuestrado por el grupo terrorista Estado Islámico en 2015, aseguró que sus "armas espirituales" durante sus 5 meses de cautiverio fueron abandonarse a Dios, confiar en la Virgen María y rezar el Rosario.
El P. Mourad participó en la Noche de los Testigos, un evento organizado en Europa del 23 al 27 de marzo, por la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
"En el camino hacia Al Raqa hacia lo desconocido, una frase que resonaba en mi interior me ayudó a aceptar lo que estaba pasando y abandonarme en el Señor: 'voy de camino hacia la libertad'. La presencia de la Virgen, nuestra Madre, y la oración del Rosario fueron mi segunda arma espiritual".
Desde el año 2000, el P. Mourad estaba a cargo de atender a todos los fieles de la parroquia siro-católica de Karyatène, en la Diócesis de Homs, en Siria.
"En Karyatène me secuestraron. El 21 de mayo de 2015, un grupo de hombres enmascarados y armados invadieron el monasterio de Mar Elian, del que soy responsable, y nos tomaron como rehenes a mí y a un postulante".
Durante cuatro días el sacerdote y el postulante permanecieron dentro de un vehículo en pleno desierto, para luego ser llevados a Al Raqa, capital del territorio ocupado por el Estado Islámico desde 2013.