ROMA,
Cristianos y musulmanes realizaron una marcha conjunta de 140 kilómetros en el norte de Irak para pedir la paz. El sábado antes del Domingo de Ramos, los fieles, junto al Patriarca Caldeo Rafael Sako, comenzaron a recorrer a pie el camino que lleva de Erbil a Alqosh.
Del Kurdistán hacia la llanura de Nínive, cerca de la zona de Mosul, donde todavía se producen fuertes combates entre el Estados Islámico y la coalición internacional liderada por Estados Unidos.
La llanura de Nínive es en la actualidad una de las zonas en la que los yihadistas han sido expulsados totalmente. A pesar de ello, los cristianos todavía se resisten a volver por miedo y porque sus casas y pertenencias desaparecieron por la acción de los terroristas.
Con esta peregrinación comenzó la llamada "Semana de la paz", como la ha querido denominar el propio Patriarca Sako. Y es que la Iglesia caldea ha proclamado 2017 como el "año de la paz", un deseo que ha sido de nuevo propuesto con fuerza durante la Semana Santa.
"Se debe alcanzar la paz. Nosotros, jefes religiosos, y los políticos, estamos llamados a tomar decisiones responsables", dijo el Patriarca.
En la marcha participaron aproximadamente un centenar de fieles, y el recorrido entre Erbil y la llanura de Nínive duró toda la Semana Santa.