VATICANO,
"Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está Vivo". Con estas palabras el Papa Francisco animó en la Vigilia de Pascua a no quedarse encerrados en el sepulcro, sino a resucitar con Cristo, y advirtió de que si no somos capaces de hacerlo es que "no somos cristianos".
"Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está vivo. Vivo y queriendo resucitar en tantos rostros que han sepultado la esperanza, que han sepultado los sueños, que han sepultado la dignidad. Y si no somos capaces de dejar que el Espíritu nos conduzca por este camino, entonces no somos cristianos".
"Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, en nuestros calculados mundos conceptuales que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena", dijo también.
Francisco recordó de nuevo el relato de la resurrección de Jesús y el sentimiento de sus discípulos ante su muerte. "Podemos imaginar esos pasos, el típico paso de quien va al cementerio, paso cansado de confusión, paso debilitado de quien no se convence de que todo haya terminado de esa forma. Podemos imaginar sus rostros pálidos, bañados por las lágrimas y la pregunta: ¿cómo puede ser que el Amor esté muerto?".
Pero por otro lado están las mujeres, "dos mujeres capaces de no evadirse, capaces de aguantar, de asumir la vida como se presenta y de resistir el sabor amargo de las injusticias. Y allí están, frente al sepulcro, entre el dolor y la incapacidad de resignarse, de aceptar que todo siempre tenga que terminar igual".
El Pontífice afirmó que en el rostro de estas mujeres se puede ver reflejado el de otros: "tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana" o el de "todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de la miseria, el dolor por la explotación y la trata".