REDACCION CENTRAL,
finalizar la Semana Santa aparece la tradición del conejo y los huevos de Pascua, y muchos católicos se preguntan si estos símbolos tienen alguna relación con la fe.
Esta duda podría deberse al proceso de secularización que ha ido quitando el carácter cristiano a estos elementos.
El huevo de Pascua
El huevo era considerado por los primeros cristianos como símbolo de la Resurrección de Jesús. En la Edad Media, cuando llegaba la Pascua, los huevos se pintaban de colores y se consideraban objetos muy preciados.
En el siglo XVII el Papa Pablo V bendijo el huevo en una plegaria, quizás para dejar la prohibición decretada por la Iglesia en el siglo IX de no consumirlos durante la Cuaresma.
La llegada de la Pascua suponía el levantamiento de la norma. Se puede decir que se realizaba el "festín del huevo", porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Con el tiempo se levantó el veto y se mantuvo la costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.