VATICANO,
Para explicar el sentido de la cruz, el Papa Francisco recurrió a la imagen evangélica de la semilla que cae en tierra y muere para que crezca una planta y de fruto: "Jesús vivió el amor hasta el final, dejándose despedazar por la muerte, como una semilla que cae en tierra".
Durante la Audiencia General celebrada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Santo Padre contrapuso la esperanza terrena a la esperanza de la cruz.
Francisco recordó cómo entró Jesús en Jerusalén "con la aclamación festiva de los discípulos y de mucha gente", y reflexionó sobre los acontecimientos posteriores que llevaron a la Pasión del Señor.
"¿Quién de aquellos habría imaginado que poco después Jesús sería humillado, condenado y ajusticiado en una cruz?", se preguntó "La esperanza terrena de aquella gente se rompió delante de la cruz. La esperanza terrena se quebró, pero renació la esperanza nueva, aquella esperanza que dura para siempre. Nosotros creemos que en la misma cruz, nuestra esperanza renació. Es una esperanza diferente la que nace de la cruz. Es una esperanza diferente a la que quebró. ¿De qué esperanza se trata?"
A entender en qué consiste esa esperanza de la cruz "nos puede ayudar aquello que el mismo Jesús dice después de haber entrado en Jerusalén: 'Si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto'. Podemos pensar en un grano, en una pequeña semilla que cae a la tierra. Si se queda cerrado en sí misma, no sucede nada. Si, por el contrario, germina, se abre, entonces da vida a una espiga, a un brote, y luego a una planta que dará fruto".
"Jesús ha llevado al mundo una esperanza nueva, y lo ha hecho a la manera de las semillas: se ha hecho pequeño, como una semilla de trigo, ha dejado a un lado su gloria celeste para venir donde nosotros: 'ha caído en tierra'. Pero todavía no era suficiente".