VATICANO,
En este Domingo de Ramos, o Domingo de Pasión, el Papa Francisco alentó a los fieles a llevar la cruz con paciencia y no rechazarla, y recordó que Jesús "no es un iluso que siembra falsas ilusiones" o "un profeta 'new age'" que vende humo; sino el Mesías verdadero.
"Para seguir fielmente a Jesús, pedimos la gracia de hacerlo no de palabra sino con los hechos, y de llevar nuestra cruz con paciencia, de no rechazarla, ni deshacerse de ella, sino que, mirándolo a Él, aceptémosla y llevémosla día a día".
En la Misa celebrada en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, el Pontífice recordó que Jesús "nunca prometió honores y triunfos. Los Evangelios son muy claros. Siempre advirtió a sus amigos que el camino era ese, y que la victoria final pasaría a través de la pasión y de la cruz". "Él lo dijo claramente a sus discípulos: 'Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga'".
La Celebración comenzó con la entrada en procesión, portando ramos y palmas, en la Plaza de San Pedro.
Tras la procesión, el Papa procedió a bendecir los ramos. Se recuerda así la acogida que el pueblo de Jerusalén otorgó a Jesucristo cuando realizó su entrada triunfal en la ciudad santa. En aquella ocasión, una multitud recibió al Señor portando hojas de palma y aclamándole al grito de "Hossana", grito de júbilo de profundo significado mesiánico.
Antes de comenzar la procesión, se leyó el fragmento del Evangelio de San Mateo en el que se narra la entrada de Jesús en Jerusalén desde el Monte de los Olivos sobre una borrica que nadie había montado nunca. El Pontífice destacó "el entusiasmo de los discípulos, que acompañan al Maestro con aclamaciones festivas".