VATICANO,
El Papa Francisco condenó el ataque con armas químicas contra la localidad de Jan Sheijun, en la provincia siria de Idlib, bajo control de los opositores al Presidente Bacher al-Asad, que ha causado 72 muertos, entre ellos más de 20 niños.
"Asistimos horrorizados a los últimos sucesos en Siria. Expreso mi firme condena a la inaceptable matanza ocurrida ayer en la provincia de Idlib, donde han asesinado a decenas de personas indefensas, entre las cuales se encuentran muchos niños", expresó el Santo Padre durante la Audiencia General del miércoles.
"Rezo por las víctimas y por sus familias, y hago un llamado a la conciencia de todos aquellos que tienen responsabilidad política, tanto a nivel local como internacional, con el objetivo de que pongan fin a esta tragedia y que den alivio a esta población después de tanto tiempo sufriendo la guerra".
El Pontífice quiso dar ánimos también a todos los que participan en las tareas de socorro, incluso poniendo en riesgo sus vidas: "Animo, además, a los que se esfuerzan, incluso en medio de esta inseguridad y de esta tragedia, para prestar ayuda a los habitantes de esa nación".
Tanto el Ejército sirio como las fuerzas rebeldes opositoras se acusan mutuamente del ataque. Las circunstancias concretas no están todavía claras, pero la ONU, por medio de su Secretario General, António Guterres, lo ha calificado como "crimen de guerra".
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud no ha dudado en calificar el suceso como "un ataque con agentes químicos", a pesar de que Rusia ha apuntado a que la tragedia pudo deberse a la destrucción, por parte de la fuerza aérea siria, de un depósito químico bajo control rebelde.