Cuando falló la ley de salud promovida por el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no solo obtuvo el rechazo de los parlamentarios del Partido Demócrata.
La Ley de Cuidado de la Salud de Estados Unidos (AHCA, por sus siglas en inglés) buscaba reemplazar la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible, conocida como Obamacare, por ser impulsada e implementada durante el gobierno de Barack Obama, en 2010.
Al no contar con el apoyo necesario en el Congreso, el proyecto de ley fue retirado por el Partido Republicano el 24 de marzo.
La nueva normativa atrajo resistencia de ambos partidos en el Congreso por varias razones. Uno de los miembros del Partido Republicano que se opuso al proyecto de ley fue Chris Smith, presidente del Caucus Provida de la Cámara de Representantes.
En un comunicado explicando su decisión, Smith dijo que aunque el proyecto de ley incluía positivas protecciones provida, finalmente no pudo darle su apoyo por la forma cómo otras provisiones podrían "probablemente afectar a las personas con discapacidad, los ancianos y los trabajadores pobres".
Smith expresó sus preocupaciones sobre cómo la propuesta legislativa de la Cámara de Representantes habría cancelado beneficios de salud esenciales para niños y mujeres embarazadas, así como para personas afectadas por adicciones y enfermedades mentales.