VATICANO,
En su homilía esta mañana en la capilla de la Casa Santa Marta, el Papa Francisco pidió a los fieles preguntarse si han defraudado a Dios y si son esclavos de algunos ídolos que lo alejan de Él.
Las palabras del Santo Padre se centraron en esta ocasión en el "sueño y la desilusión de Dios" y, al comentar la lectura del Libro del Éxodo, recordó que el pueblo le "traiciona" y así Dios "comienza a sentirse defraudado".
Se trata del pasaje de la Biblia en el que Dios llama a Moisés para entregarle las Tablas de la Ley, pero mientras tanto, el pueblo "no tuvo paciencia" y fabrica un becerro de oro: un dios "para divertirse" con el que se "olvidaron de Dios que los salvaba".
"Olvidar a Dios que nos ha creado, que nos ha hecho crecer, que nos ha acompañado en la vida: esta es la desilusión de Dios. Y muchas veces en el Evangelio, Jesús en las parábolas, habla de aquel hombre que planta una viña y después falla, porque los operarios la quieren para ellos".
"¡En el corazón del hombre siempre existe esta inquietud!", exclamó. "No está satisfecho de Dios, del amor fiel. El corazón del hombre está siempre dirigido a la infidelidad. Y esta es la tentación", añadió.
Dios, "por medio de un profeta, reprobará a este pueblo" que "no es constante, no sabe esperar, se ha pervertido".