CIUDAD DE MÉXICO,
El Obispo de Chilpancingo-Chilapa, en el estado mexicano de Guerrero, Mons. Salvador Rangel Mendoza, tuvo un reciente encuentro con grupos criminales con el objetivo de proteger a los sacerdotes que estaban siendo amenazados de muerte.
En declaraciones a Radio Fórmula, el Prelado dijo que desde que llegó a la diócesis hace un año con ocho meses su gran preocupación ha sido "fomentar la paz, la concordia, el diálogo". "En ese sentido, al ver que habían amenazado a algunos sacerdotes, incluso uno de manera muy grave, me di a la tarea de ir viendo a estas personas (los líderes de los grupos criminales) y dialogar con ellas", indicó.
Mons. Rangel relató que se contactó a través de terceras personas y que en sus encuentros dijo a los líderes de estos grupos que "con esa muerte (del sacerdote) no podíamos arreglar nada", sino que se empeoraban las cosas en el estado. "Como Obispo debo buscar el diálogo y la paz", afirmó el 27 de marzo.
Aclaró que no se ha reunido con todos los grupos violentos presentes en la zona y que existe la necesidad de "entablar un diálogo". Recordó que "casi la totalidad de Guerrero está en manos del narcotráfico" y que la solución pasa también por "un desarrollo social" de la población más pobres, en la cual deben involucrarse las autoridades.
Sobre el pedido de las autoridades locales para que brinde información sobre estos grupos, el Prelado señaló que "yo estoy haciendo mi labor pastoral. Yo soy el Obispo, no soy el fiscal. Creo que le toca a él investigar".
"Soy un simple instrumento de diálogo, de acercamiento, porque yo tampoco tengo la obligación de llevar a las personas o denunciar a las personas. Si se han abierto conmigo, si han sido sinceros conmigo, yo tengo que ser leales con ellos", expresó.