ROMA,
El Secretario de Estado del Vaticano, Cardenal Pietro Parolin, aseguró que los desastres naturales, con el luto y la devastación que generan, "no tienen la última palabra", ya que con la ayuda de Dios siempre es posible salir adelante.
Así lo indicó el Purpurado en su homilía de la Misa con la que el sábado 25 de marzo se reabrió la Catedral de la localidad italiana de Carpi en la provincia de Módena. La iglesia fue seriamente afectada por un terremoto ocurrido en mayo de 2012.
El Cardenal afirmó que el terremoto al igual que otros desastres "que pueden sacudir a la sociedad, con sus lutos y devastaciones, no tienen la última palabra. Con la ayuda del Señor y perseverando con laboriosidad y coraje, la vida renace, las heridas cicatrizan y se vuelve a esperar, proyectar y construir juntos".
Esta celebración, continuó el Cardenal italiano, "demuestra que el terremoto puede golpear y herir, pero no puede derrotar ni aniquilar, puede dañar y hacer temblar la tierra, pero no puede disgregar ni dispersar a una comunidad que se esfuerza por renacer".
Para el Cardenal Parolin, reabrir este templo "será más significativo cuanto más reabramos también los corazones y las mentes a Cristo, a su mensaje de paz, de salvación, de alegría, de auténtica liberación".
"Si Dios se hace pequeño por nosotros, el único camino para hacernos grandes es el de servir al prójimo y, en modo especial, a los pequeños y los pobres, siendo testimonio creíble de su amor".