MILÁN,
El Papa Francisco retomó las visitas internas en Italia y a primera hora de la mañana dejó el Vaticano para acudir en avión hasta la ciudad de Milán.
Lo primero que hizo fue visitar el Barrio Forlanini, conocido como "Casas Blancas", una de las zonas más degradadas de la ciudad en la que viven personas sin suficientes recursos económicos, así como un gran número de ancianos, a quienes invitó a dejarse "restaurar" por Dios.
Primero el Papa visitó algunas familias en sus casas, y después, en la plaza del barrio, envió un caluroso saludo a todos los presentes, entre ellos muchos rumanos, inmigrantes e incluso musulmanes.
A su llegada, Francisco recibió dos regalos: una estola y un icono de la Virgen. "La estola es un signo típico sacerdotal, que me toca de modo especial porque me recuerda que venga aquí en medio a vosotros como sacerdote", dijo en su saludo.
"Esta estola no la habéis comprado ya hecha, sino que la habéis creado aquí, ha sido tejida por algunos de vosotros de manera artesanal. Esto lo hace mucho más preciosa y recuerda que el sacerdote cristiano es elegido por el pueblo y al servicio del pueblo; mi sacerdocio, como el de vuestro párroco o el de los demás sacerdotes que trabajan aquí es un don de Dios".