VATICANO,
El Papa Francisco afirmó que los fuertes deben proteger a los débiles siguiendo el ejemplo de Cristo, que es "el hermano fuerte que se preocupa por cada uno de nosotros".
En la catequesis de la Audiencia General del miércoles, el Santo Padre continuó desgranando las cartas de San Pablo en las cuales el Apóstol explica en qué consiste la esperanza cristiana.
Francisco reflexionó sobre las palabras del Apóstol cuando dice que "nosotros, que somos fuertes, tenemos el deber de llevar la enfermedad de los débiles, sin preocuparnos por nosotros mismos".
"Esta expresión, 'nosotros que somos fuertes' –explicó el Pontífice–, puede parecer presuntuosa, pero en la lógica del Evangelio sabemos que no es así. Es justo lo contrario, porque nuestra fuerza no viene de nosotros, sino del Señor".
"Quien experimenta en la propia vida el amor fiel de Dios y su consuelo, está más bien obligado a permanecer cerca de los hermanos más débiles y a hacerse cargo de su fragilidad. Y debe hacerlo sin satisfacción de sí mismo, más bien sintiéndose simplemente como un canal que transmite el don del Señor; y así se convierte en un sembrador de esperanza".
Francisco señaló que "si permanecemos cercanos al Señor tendremos la necesaria fortaleza para permanecer cercanos a los más débiles, a los más necesitados, y consolarles y darles fuerza. Y con esa fuerza, Dios nos pide ser sembradores de esperanza".