VATICANO,
El Papa Francisco alentó a los sacerdotes confesores a recurrir a los exorcistas cuando encuentren a una persona que sea afectada por un disturbio espiritual de esta índole.
Así lo indicó el Santo Padre en su reciente discurso a los sacerdotes participantes del curso de fuero interno promovido por la Penitenciaría Apostólica de la Santa Sede, el pasado 17 de marzo.
Explicando la necesidad del discernimiento que debe tener todo confesor, el Pontífice dijo que esta característica es importante porque "quien se acerca al confesionario, puede provenir de las más dispares situaciones y podría tener incluso disturbios espirituales".
El Papa precisó que "allí donde el confesor se diese cuenta de la presencia de reales y verdaderos disturbios espirituales –que pueden ser también en gran parte psíquicos, y que deben ser verificados a través de una sana colaboración con las ciencias humanas– no deberá dudar en referirse a quienes, en las diócesis, se encargan de este delicado y necesario ministerio, es decir los exorcistas".
En la Iglesia Católica, los únicos que pueden hacer exorcismos sin necesidad de consultar, son los obispos. Ellos son quienes designan a algunos sacerdotes para que realicen este ministerio en sus respectivas diócesis.
El exorcismo es el acto de expulsar demonios o espíritus malignos fuera de las personas, sitios u objetos.