MADRID,
Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba en España, explica en su carta semanal cómo Jesucristo espera en el hermano necesitado y anima a aprovechar el tiempo de Cuaresma para "corregir el rumbo" de la vida para dirigirse hacia Dios.
El Prelado indicó que el tercer domingo de Cuaresma es "el domingo en el que Cristo quiere saciar nuestra sed con su agua, que es el Espíritu Santo".
En muchas ocasiones, dice el Obispo, Jesús entra en la vida "reclamando nuestra atención en las múltiples necesidades que padecen los que están a nuestro alrededor" y cuando atendemos esas necesidades humanas, "nos topamos con Jesús, porque él estaba ahí esperándonos".
Mons. Fernández explicó que la Cuaresma es un camino de preparación para que el alma reciba "el don supremo del Espíritu Santo, purificándonos de otros sucedáneos que no calman la sed".
De esta manera, el Prelado anima a utilizar "este tiempo santo para reorientar nuestra vida hacia Dios". "Es preciso corregir el rumbo, para que nuestro caminar esté orientado hacia Dios", insiste.
En el Evangelio del tercer domingo de cuaresma que habla sobre el encuentro de Jesús con la Samaritana. "Jesús conoce la vida de esta mujer de moral disipada, y no le echa para atrás esa situación", apunta.