VATICANO,
En un encuentro con el clero de la diócesis de Roma, en la Basílica de San Juan de Letrán, este jueves 2 de marzo con motivo del comienzo de la Cuaresma, el Papa Francisco usó una analogía del baloncesto para explicar el lugar de la cruz en la vida de los sacerdotes.
"Para un sacerdote, la cruz es como el pie clavado de un jugador de baloncesto en la cancha: hace movimientos para proteger la pelota, para encontrar un lugar para pasarla, o para salir hacia la canasta. Así, el sacerdote debe pivotar en torno a la cruz", dijo el Santo Padre a los presbíteros presentes.
En abril de 2015, en declaraciones al portal deportivo argentino TyC Sports, el Santo Padre comentaba que era un "patadura", es decir, no muy bueno para el fútbol y que "más bien jugaba al básquet".
En el básquet o baloncesto, cuando un jugador está detenido y sostiene el balón con las manos, solo puede mover un pie, mientras que el otro queda fijo en el suelo. De allí el símil del Pontífice.
Francisco también refirió en la reflexión del 2 de marzo que es importante tener siempre presente la cruz, pues "la fe, el progreso y el crecimiento en la fe, se fundamenta siempre" en ella.
El Santo Padre también apoyó su reflexión en tres puntos que consideró importantes para la vida sacerdotal: la memoria, la esperanza y el discernimiento del momento.