VATICANO,
El Papa Francisco dio inicio a la cuaresma invitando a dejar de lado los egoísmos, las ambiciones y la indiferencia hacia el prójimo y buscar el bien.
El Santo Padre celebró el Miércoles de Ceniza en la Iglesia de San Anselmo en el Aventino. Después de un momento de oración, procesionó hasta la Basílica de Santa Sabina, donde tuvo lugar la Eucaristía con el rito de la bendición y de la imposición de las cenizas.
Francisco afirmó que "la Cuaresma es una vía: nos conduce a la victoria de la misericordia sobre todo aquello que busca aplastarnos o reducirnos a cualquier cosa que no sea según la dignidad de hijos de Dios".
"Es el camino de la esclavitud a la libertad, del sufrimiento a la alegría, de la muerte a la vida".
El Papa explicó que la imposición de las cenizas "nos recuerda nuestra condición original: hemos sido hechos de la tierra, hemos sido hechos de polvo. Pero polvo en las manos amorosas de Dios que sopló su espíritu de vida en cada uno de nosotros y quiere continuar haciéndolo".
"Quiere continuar dándonos aquél soplo de vida que nos salva de otros tipos de soplos: la asfixia sofocante provocada por nuestros egoísmos, la asfixia sofocante generada por mezquinas ambiciones y silenciosas indiferencias; asfixias que sofocan el espíritu, restringen el horizonte y anestesian el pálpito del corazón".