ROMA,
El viernes 24 de febrero se clausuró la fase diocesana del proceso de beatificación del Papa Benedicto XIII, que fue el Vicario de Cristo en la tierra entre 1724 y 1730.
El anuncio se produce 86 años después de que el Papa Pío XI abriera su proceso de beatificación al declararlo Siervo de Dios en 1931.
Benedicto XIII destacó por su sencillez, por su cercanía a la gente y por su preocupación por los humildes y los marginados. Tras 5 años de trabajos, la fase diocesana de su causa de beatificación ha concluido.
El Cardenal Vicario Agostino Vallini, Vicario del Papa para la diócesis de Roma, presidió la ceremonia de clausura en el Aula de la Conciliación del Palacio Apostólico Lateranense. Junto a él estuvieron los miembros del Tribunal diocesano que han dirigido la investigación.
En declaraciones recogidas por Radio Vaticana, Paolo Vilotta, postulador de la causa de beatificación, destacó la profunda espiritualidad de Benedicto XIII.
"Son muchísimos los testimonios que lo recuerdan como un hombre de oración, un hombre que meditaba, un hombre que iba en persona a las iglesias de Roma como Papa, y no solo a las de Roma, para conocer a la gente, para permanecer cercano a la gente", dijo.