VATICANO,
El Papa Francisco recibió en audiencia, en el Aula Pablo VI del Vaticano, a numerosas personas con discapacidad o que viven en situación de exclusión social atendidas por la Comunidad de Capodarco. El Santo Padre los animó a no sentirse excluidos y a participar plenamente en la sociedad.
La Comunidad de Capodarco, fundada por Franco Menterubbianesi en Italia en 1966, tiene como objetivo ayudar a los enfermos y discapacitados, así como a los pobres y marginados.
El Papa señaló que "la calidad de vida en una sociedad se mide, en buena parte, por la capacidad de incluir a aquellos que son más débiles y necesitados, por el respeto a su dignidad de hombres y mujeres. Y la madurez se alcanza cuando tal inclusión no se percibe como algo extraordinario, sino como algo normal".
El Santo Padre resaltó que "también la persona con discapacidad y con fragilidad física, psíquica o moral debe participar de la vida de la sociedad, y ser ayudada a desarrollar su potencialidad en las diferentes dimensiones".
"Solo si se reconocen los derechos de los más débiles, una sociedad puede decir que se fundamenta sobre el derecho y la justicia".
El Pontífice se dirigió a los responsables de la Comunidad y aseguró que da gracias a Dios "por el bien que han realizado en todos estos años al servicio de las personas con discapacidad, de los menores y de todos los que viven en situación de dependencia y de enfermedad, así como a sus familias".