ROMA,
El 18 de febrero el Patriarca católico caldeo de Bagdad (Irak), Mons. Louis Sako, fue a la aldea de Teleskuf, también llamada Tesqopa, liberada del Estado Islámico (ISIS), donde participó en la celebración de la primera Misa después de dos años y medio en la iglesia de San Jorge, y bendijo la gran cruz que fue colocada en una colina como un signo de victoria de la fe cristiana contra la oscuridad de los yihadistas.
Según informó el sitio web del Patriarcado de Babilonia, en la celebración en la localidad ubicada a 28 kilómetros de Mosul, estuvieron presentes las autoridades y funcionarios de la región.
En la homilía, Mons. Sako indicó que este acontecimiento es "la primera chispa de la luz que brilla en todas las ciudades de la llanura del Nínive después de la oscuridad del ISIS, que duró casi dos años y medio".
"Esta es nuestra tierra y este nuestro hogar", dijo a los fieles. También señaló que ahora es el momento de recuperar la esperanza y de que la gente regrese a sus pueblos para comenzar una nueva etapa.
El Patriarca indicó que así los cristianos demostrarán al mundo que las fuerzas de la oscuridad, que causaron estragos y asolaron su tierra, son efímeras y que la Iglesia de Cristo, aunque sufre, está construida sobre roca.