CIUDAD DE MÉXICO,
Los obispos de la frontera entre México y Estados Unidos, reunidos estos días en Brownsville, Texas, recordaron que las políticas gubernamentales deben respetar "los derechos básicos de los migrantes indocumentados", y aseguraron que como Iglesia seguirán atendiendo y cuidando "a los peregrinos, forasteros, exiliados y migrantes de todo tipo".
Diez obispos de Estados Unidos, nueve de México y el Nuncio Apostólico en Estados Unidos, Mons. Christophe Pierre, se encuentran reunidos con Texas con ocasión del encuentro Tex-Mex; iniciativa pastoral que nació en 1986 para tratar temas de la frontera binacional, como la situación de los migrantes indocumentados, las drogas y las bandas delincuenciales.
Posteriormente, después de la Asamblea General de obispos de toda América de 1997 se creó la Conferencia Eclesial de la Frontera para incrementar la coordinación ya existente entre las Iglesias a ambos lados de la frontera, como por ejemplo en la atención a los migrantes.
En ese sentido, la declaración publicada el 14 de febrero se da en el contexto de las recientes políticas migratorias del Presidente estadounidense Donald Trump, entre las cuales está la construcción de un muro a lo largo de la frontera con México.
"Independiente de su condición migratoria, los migrantes, como toda persona, poseen una dignidad humana intrínseca que debe ser respetada (…). Es necesaria la adopción de políticas gubernamentales que respeten los derechos humanos básicos de los migrantes indocumentados", expresaron los obispos en su comunicado "El clamor de Cristo en el migrante nos urge".
En el texto, los prelados recordaron que la Sagrada Familia también fue inmigrante y refugiada en busca de "un lugar para vivir y trabajar, esperando una respuesta de compasión humana". "Hoy, esta historia se repite", advirtieron.