¿Sabías que de la gruta de Massabielle, en el Santuario de Lourdes (Francia), brota un agua con la que se han obrado muchos milagros?
El santuario describe en su sitio web lo que los peregrinos deben saber sobre esa agua, en vistas a que el domingo 11 de febrero se celebrará la fiesta de la Virgen de Lourdes y la 32° Jornada Mundial del Enfermo.
Todo comenzó el jueves 25 de febrero de 1858, cuando la Virgen María le dijo a la vidente Santa Bernardita Soubirous: “Vaya a beber y lavarse en la fuente”.
Desde aquel día, millones de personas llegan a Lourdes para “beber y lavarse en esa agua, que no tiene propiedades terapéuticas ni específicas”. La misma Santa Bernardita solía decir: “Beben el agua como si fuera una medicina… Hay que tener fe, hay que rezar: ¡Esta agua no tendría ninguna virtud sin la fe!”.
El agua de Lourdes es un agua normal, ligeramente calcárea y comparable a cualquier otro agua de manantiales cercanos. Es independiente del río Gave de Pau —que pasa por la ciudad donde se ubica el santuario— y se conduce por canales hacia unos depósitos para alimentar los diferentes grifos y piscinas del santuario.
En el lugar se puede realizar de manera personal el gesto de beber y lavarse la cara con el agua del Manantial que brota en las 18 fuentes situadas junto a la Gruta.