VATICANO,
La empresa, el desarrollo económico, no están reñidos con el desarrollo de la sociedad, con la construcción de un mundo más justo en el que todos participen de los beneficios y el desarrollo del progreso económico. El Papa Francisco apostó, de este modo, por el modelo de Economía de Comunión frente a otros modelos económicos que descartan a los más débiles.
Así lo dijo el Santo Padre en la audiencia que concedió, en el Aula Pablo VI del Vaticano, a los participantes en el encuentro "Economía de Comunión", promovido por el Movimiento de los Focolares y que se está desarrollando en Castelgandolfo, Roma, del 1 al 5 de febrero.
El Pontífice reconoció que se trata de un proyecto del cual está desde hace tiempo "sinceramente interesado".
La Economía de Comunión, impulsada por la fallecida fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Lubich, desde 1991, es un movimiento internacional que reúne a empresarios, empresas, asociaciones, instituciones económicas, trabajadores, dirigentes, pobres, consumidores, ahorradores, investigadores, actores económicos, ciudadanos y familias.
La columna vertebral de la Economía de Comunión está representada por empresas y organizaciones productivas comprometidas con la erradicación de la pobreza y la injusticia social, con el objetivo de contribuir a la construcción de una economía y de una sociedad de comunión.
El Santo Padre destacó en su discurso que Economía y Comunión son "dos palabras que la cultura actual mantiene totalmente separadas y que, incluso, considera opuestas. Dos palabras que, sin embargo, ustedes han unido, recogiendo de ese modo la invitación que hace veinticinco años realizó Chiara Lubich, en Brasil, cuando, ante el escándalo de la desigualdad en la ciudad de Sao Paulo, pidió a los empresarios convertirse en agentes de comunión".