SANTIAGO DE CHILE,
Es domingo en la ciudad de Antofagasta, norte de Chile, y Felipe Pereira (21) se levanta entusiasta porque irá a la playa Paraíso a disfrutar del mar junto a sus amigos y a aprender de los instructores de la escuela de surf. Para los niños y jóvenes con síndrome de Down, esto más que un deporte... es sumergirse en "Olas de Esperanza".
"Olas de Esperanza" es el nombre de la escuela de surf gratuita que dirige Claudio Morales, Catalina Daniels y Pablo Marín, chilenos aficionados al deporte marino que comenzaron hace cinco años con esta aventura de amor.
Luego de golpear muchas puertas, realizar pilotos, asesorarse con especialistas y lograr el financiamiento, porque era una empresa absolutamente nueva en el país, comenzaron su primera clase con seis tablas y seis trajes.
Hoy Claudio, Catalina y Pablo junto a otros voluntarios reciben cada domingo, de diciembre a febrero, hasta 15 niños con síndrome de Down, asperger y autismo y les dan clases completamente personalizadas y adaptadas a la condición de cada niño.
Felipe es un joven muy sociable que baila folklore, va a natación y trabaja en el taller de panadería de su escuela. Él comentó a ACI Prensa que lo que más le gusta de las clases de surf es "pararme arriba de la tabla y tomar las olas. Me gusta el mar. Me agrada mucho ir". Respecto a los instructores agregó: "me encanta su cariño, me encantan las cosas que hacen".