MADRID,
Ann McElhinney nunca había estado vinculada al mundo provida. Cuando era estudiante y en la Universidad mostraban fotos de la atrocidad del aborto ella lo argumentaba diciendo "un trasplante de corazón también es brutal para la vista", a lo que añadía "es algo maravilloso y no veo fotos de eso".
McElhinney aseguraba que no se fiaba de la procedencia de las imágenes sobre el aborto. Siempre había pensado que eran fotografías manipuladas con las que los provida instauraban el miedo.
Sin embargo, algo en 2013 hizo que los pensamientos de la periodista cambiasen por completo. El juicio del doctor Kermit Gosnell en Filadelfia, acusado de practicar abortos a menores y de matar a bebés vivos, cambiaron los sentimientos de McElhinney.
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En un artículo reciente para The Daily Signal, la periodista de investigación ha relatado como en la sala de audiencias se mostraron imágenes y se contaron testimonios que nada tenían que ver con los activistas provida, sino que procedían de detectives de la policía y médicos forenses.
Ahora, McElhinney afirma: "palabras, más palabras y las imágenes que mostraban me cambiaron. No soy la misma persona que era". A la par que ha asegurado: "Ahora sé que lo que se aborta es una persona, con pequeñas manos y uñas, y una cara que desde los primeros tiempos tiene expresión".