21 de noviembre de 2024 Donar
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Las atrocidades que vio en su investigación sobre el aborto la convirtieron en provida

Ann McElhinney nunca había estado vinculada al mundo provida. Cuando era estudiante y en la Universidad mostraban fotos de la atrocidad del aborto ella lo argumentaba diciendo "un trasplante de corazón también es brutal para la vista", a lo que añadía "es algo maravilloso y no veo fotos de eso".

McElhinney aseguraba que no se fiaba de la procedencia de las imágenes sobre el aborto. Siempre había pensado que eran fotografías manipuladas con las que los provida instauraban el miedo.

Sin embargo, algo en 2013 hizo que los pensamientos de la periodista cambiasen por completo. El juicio del doctor Kermit Gosnell en Filadelfia, acusado de practicar abortos a menores y de matar a bebés vivos, cambiaron los sentimientos de McElhinney.

[Puede leer: Abortista Gosnell es sentenciado a cadena perpetua]

En un artículo reciente para The Daily Signal, la periodista de investigación ha relatado como en la sala de audiencias se mostraron imágenes y se contaron testimonios que nada tenían que ver con los activistas provida, sino que procedían de detectives de la policía y médicos forenses.

Ahora, McElhinney afirma: "palabras, más palabras y las imágenes que mostraban me cambiaron. No soy la misma persona que era". A la par que ha asegurado: "Ahora sé que lo que se aborta es una persona, con pequeñas manos y uñas, y una cara que desde los primeros tiempos tiene expresión".

Ann McElhinney

 

Las fotos de los bebés que fueron mostrados como prueba en el juicio del doctor Gosnell en las que salían "bebés en toda su inocencia y perfección" durante los diferentes trimestres del embarazo hicieron que McElhinney pasase a sensibilizarse con el drama del aborto y a valorar que lo que le habían enseñado años antes en la Universidad a través de fotografías se trataba vidas humanas.

La periodista ha plasmado en un libro su investigación: "Gosnell: The Untold Story if America´s Most Prolific Serial Killer" (La historia no contada del asesino más prolífico de América) y ha sentenciado en The Daily Signal que ahora también sabe lo que es realmente un aborto.

"Los bebés son envenenados en el vientre de su madre mediante la inyección de una aguja llena de cloruro de potasio en el corazón del bebé. A continuación, el bebé se succiona en pedazos", ha descrito.McElhinney, que ha necesitado leer distintos testimonios e investigado para escribir el libro y para redactar el guión de la película que se estrenó el pasado año, ha constatado que "ha sido brutal".

"He llorado en mi ordenador. He rezado el Padre Nuestro sentada en mi escritorio", ha confesado.

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Con el filme y el libro, pretende dar a conocer la historia de Gosnell, el "killer" de bebés recién nacidos, y de esta forma concienciar tanto al público como a los lectores de lo que supone esta atrocidad.

La historia de Kermit Gosnell

¿Quién era Kermit Gosnell? Se trataba de un médico que trabajaba en la Sociedad Médica de la Mujer en Filadelfia. Hace seis años, él y varios empleados fueron acusados de varios cargos de asesinato, de realizar abortos ilegales y de violar la Ley de Consentimiento Informado.

En 2011, se hizo público que el médico realizaba abortos tardíos a mujeres pobres e inmigrantes por una cantidad que oscilaba entre los 1.600 y los 3.000 dólares. Ese mismo año fue arrestado.

Los fiscales alegaron que mató a siete bebés -nacidos vivos- por la ruptura de su médula espinal con unas tijeras; y también a una mujer de 41 años. Karnamaya Mongar, una refugiada de Nepal que murió a consecuencia de una dosis muy alta de anestesia suministrada en la última etapa de su embarazo.

Estas no han sido las únicas atrocidades de Gosnell. Sus prácticas ilegales le llevaron a realizar un aborto a una niña de 15 años sin permiso de los padres.

Tras numerosas peripecias, a Gosnell se le acusó de homicidio en primer grado, cargos de conspiración y violación de la ley estatal, que prohíbe los abortos a partir de la semana 24 de gestación.

El médico, junto a varios miembros de su equipo, entre los que se encontraba su esposa, fue declarado culpable en 2013, siendo sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de poder obtener la libertad condicional.

Publicado originalmente en ACTUALL

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