REDACCION CENTRAL,
El representante en Centroamérica del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), Alberto Brunori, anunció recientemente que desde su despacho promoverá que se debata la legalización del aborto en El Salvador. Para los provida, resulta claro que a la ONU no le importa "lo que quieren los salvadoreños" sino imponer una legislación anti-vida.
Tras reunirse el 18 de enero con Guillermo Gallegos, nuevo presidente de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Brunori señaló que "es necesario el debate informado" y expresó su deseo de que los diputados salvadoreños se apeguen a legislación internacional sobre el aborto.
El aborto en El Salvador está completamente prohibido, y la Constitución vigente en el país reconoce "como persona humana a todo ser humano desde el instante de la concepción".
En octubre de 2016, la entonces presidenta de la Asamblea Legislativa de El Salvador, Lorena Peña, del gobernante partido Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), propuso despenalizar el aborto "cuando corre riesgo la vida de la madre, es decir, cuando puede morir, así como cuando este es producto de la trata de personas, niñas violadas, y cuando es inviable la vida del feto".
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El proyecto de Peña criticado por el partido opositor Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), que lo consideró una "cortina de humo", que busca "crear confusión y desviar la atención de la grave crisis económica y casi bancarrota en la que nos ha sumergido este gobierno".