ROMA,
Tras varios meses de los terremotos de agosto y octubre de 2016 que afectaron a ciudades del centro de Italia como Amatrice y Nursia, dejaron un saldo de 300 muertos, el país volvió a ser sacudido en la misma zona por tres sismos de 5 grados en escala de Ritcher que han agravado las condiciones de los damnificados, agravada por el frío y la nieve.
El Obispo de Rieti, Mons. Domenico Pompili, indicó que estos últimos sismos han hecho que "la gente recuerde nuevamente el drama de aquella noche trágica del 24 de agosto".
El epicentro de los sismos fue Montereale, en la provincia de L'Aquila, y estos movimientos telúricos han ocasionado diversas avalanchas. Una de estas sepultó el Hotel Rigopiano y ha dejado más de 25 personas desaparecidas.
Las unidades de bomberos y protección civil se han desplazado a las localidades de Montereale, Capitignano, Amatrice, Campotosto, Barete y Pizzoli. Sin embargo, las labores de rescate se han visto dificultadas por la gran cantidad de nieve en la zona.
"Esperamos que sea la última secuencia y que esta sea el epílogo ya que se rumorea que podrían haber réplicas en la región de Abruzzo y la ciudad de Campotosto que necesitaba para volver a equilibrar", indicó Mons. Pompili.