RIO DE JANEIRO,
Hace días en Brasil tuvo repercusión en las redes sociales un video donde una mujer identificada como la pastora Zélia de una iglesia evangélica en Botucatu, en São Paulo, rompe en una ceremonia varias imágenes de santos católicos y una de la Virgen de Aparecida.
En el video también se puede apreciar que después del hecho, un grupo de personas dicen frases como "esa obra fue hecha por las manos del enemigo y ahora está siendo destruida en nombre de Jesús" o "no acepto otro Dios".
El video fue publicado el 11 de enero y al día siguiente, en una entrevista concedida a la radio municipal de Botucatu y a Agencia 14 News, la pastora Zélia pidió disculpas porque "soy seguidora de la palabra. En ningún momento pensé en ofender a Brasil, pero ustedes saben cómo es el Internet. Ustedes saben cómo es el pueblo".
Frente a la acción de la pastora Zélia, el P. José Eduardo de Oliveira que es sacerdote de la diócesis de Osasco y doctor en Teología Moral por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma, publicó una reflexión en Facebook titulada "La creyente rompe-santos" en la que afirma que "cualquier sacerdote brasileño ya está acostumbrado a escenas como estas".
"Basta que un fulano se 'convierta' a cualquiera de esos grupos y se transforma en un rompe-santos. Sí hay algunos que son más educados y dejan las imágenes en las puertas de las iglesias o las dejan en un lugar más digno. Pero, parafraseando la letra de una canción 'la orden es romper'", escribió.
El P. de Oliveira explicó que "la teología aquí es totalmente descartable: va desde la predicación que detrás de cada imagen hay un demonio" hasta "la acusación anticatólica de que somos idólatras".