Cada 12 de enero celebramos a Santa Margarita Bourgeoys, religiosa francesa del siglo XVII que trabajó como misionera y maestra en Norteamérica. Fue la fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Montréal, comunidad que prestó ayuda a los colonos europeos que llegaban a Canadá en medio de las más difíciles circunstancias, buscando un futuro mejor.
Margarita trabajó sin descanso para asistir espiritualmente y fortalecer a los católicos que arribaban a las nuevas tierras, y se convirtió, junto a sus hermanas religiosas, en el soporte de miles de seres humanos hambrientos y enfermos.
A través de los ojos de María
Margarita Bourgeoys nació en Troyes (Francia), a orillas del Sena, en 1620.
A los 20 años tuvo un encuentro con Dios que la marcaría para siempre. El día de la fiesta de la Virgen del Rosario, como era habitual, la imagen de la Madre de Dios se sacaba en procesión por las calles. impactada por el acto de fe que presenciaba, se quedó petrificada contemplando el dulce rostro de la Virgen, casi sin darse cuenta, por un largo rato.
Cuenta Bourgeoys en sus memorias: “Volvimos frente al portal [de la abadía] de Notre Dame donde hay encima de la puerta una imagen de piedra [de la Virgen] y echando la vista para mirarla me pareció muy bonita y al mismo tiempo me encontré tan tocada y tan cambiada que ya no me conocía”.