El Grupo de Trabajo especial sobre el racismo y la paz de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos –USCCB, por sus siglas en inglés – aseguró que la Iglesia Católica puede ser una fuerza que ayude a curar las relaciones interraciales en el país, gravemente afectado por conflictos raciales que terminan incluso en asesinatos.
"Nos encontramos en un momento críticamente importante para nuestras comunidades individuales y para nuestra nación en su conjunto", señaló el Arzobispo de Atlanta, Mons. Wilton Gregory, quien escribió la introducción al informe publicado el 5 de enero.
"La Iglesia tiene una tremenda oportunidad y, creemos, una responsabilidad igualmente grande de congregar a las personas en la oración y el diálogo, para comenzar nuevamente el trabajo vital de fomentar la sanación y la paz duradera", aseguró.
Los esfuerzos para "erradicar el racismo" y "crear dinámicas saludables en nuestros barrios" son proyectos a largo plazo, explicó el Arzobispo, quien sirvió como Presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos entre 2001 y 2004.
El informe considera varios incidentes de alto perfil registrados en los últimos meses, en los que hombres afroamericanos murieron en encuentros con la policía. La gran cantidad de emboscadas mortales de oficiales de la policía también aumentaron las tensiones.
"Una declaración sobre el racismo a nombre de todo el cuerpo de los Obispos es importante ahora más que nunca", se sostiene.