VATICANO,
"Reconstruir los corazones rotos antes que las casas. Reconstruir el tejido social y humano, reconstruir la comunidad eclesial", ese es el mensaje central que el Papa Francisco transmitió a las víctimas y afectados por los terremotos que azotaron el centro de Italia en agosto y octubre de 2016.
El Pontífice se refirió a las dificultades de "reconstruir con dolor, porque el dolor es grande", pero al mismo tiempo hizo un llamado a no perder la esperanza, una esperanza que, como indicó "no es un banal optimismo, porque no hay lugar para el optimismo, sí para la esperanza, pero no para ese optimismo sin sustancia que sirve un poco para un momento pero que no te lleva a avanzar. Hoy sólo sirve la esperanza".
Francisco hizo suyas las palabras de dos personas que compartieron su experiencia con todos los presentes, y habló de cómo la tarea que se abre ahora es la de "reconstruir con el corazón y con las manos, manos que abrazan, que ayudan, que guían; reconstruir a pesar de las heridas y, sobre todo, no herir más una tierra herida con palabras vacías o noticias que no respeten el sufrimiento de las personas".
"Algunos han perdido tanto, una casa, seres queridos: un hijo, un cónyuge, un padre… Que no os hieran. El silencio, la ternura del corazón; eso ayuda a no herir", resaltó.
El Santo Padre destacó que se debe "aprovechar el dolor como fuente de milagros, de reconciliación entre las familias, de perdón, de reencuentro; y, por qué no, llorar juntos y convivir con estas cicatrices, recomenzar sin perder la capacidad de soñar; reconstruir una tierra, una comunidad estando juntos. Esto nos hace más humanos".
Al terminar su reflexión sobre las palabras de las víctimas, el Papa les dijo que "en esta ocasión no había querido dar un sermón porque eso era lo último que les hacía falta", y ha compartido con ellos lo que sintió cuando se despertó la mañana del terremoto: "por un lado pensé que tenía que ir a visitar a esa gente y por otro lado sentí tanto dolor".