VATICANO,
El Papa Francisco lamentó la muerte de 60 presos durante el motín ocurrido entre el domingo y el lunes en el complejo penitenciario de Anísoio Jobim en Manaos, Brasil. El Pontífice pidió rezar por las víctimas y por todos los presos del mundo.
Los enfrentamientos se produjeron como consecuencia de la lucha por el control de las redes de tráfico de drogas entre dos organizaciones rivales con fuerte presencia en el interior de la cárcel, en la que residen 1072 presos.
Tras varias horas de negociación, durante las cuales se consiguió la liberación de 12 guardias que permanecían rehenes, las autoridades lograron recuperar el control del centro penitenciario.
"Ayer llegó de Brasil la dramática noticia de la masacre que tuvo lugar en la prisión de Manaos, donde un violento enfrentamiento entre bandas rivales causó decenas de muertos. Expreso el dolor y la preocupación por lo que ha ocurrido. Invito a rezar por los difuntos y por sus familias, por todos los detenidos de esa cárcel y por todos los que trabajan en ella", afirmó el Santo Padre.
El Obispo de Roma reclamó que las cárceles sean lugares de educación y de reinserción, y que se respete los derechos humanos en ellas.
"Renuevo el llamado a que las instituciones penitenciarias sean lugares de reeducación y de reinserción social, y para que las condiciones de vida de los detenidos sean dignas de seres humanos".