VATICANO,
"Celebrar la maternidad de María como Madre de Dios y madre nuestra, al comenzar un nuevo año, significa recordar una certeza que acompañará nuestros días: somos un pueblo con Madre, no somos huérfanos", afirmó el Papa Francisco este domingo 1 de enero durante la celebración de la Misa de la Solemnidad de Santa María Madre de Dios, en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
Antes del comienzo de la celebración eucarística, el Santo Padre se acercó hasta la imagen del Niño Jesús, situada junto al altar, y la besó.
En la homilía aseguró que "las madres son el antídoto más fuerte ante nuestras tendencias individualistas y egoístas, ante nuestros encierros y apatías. Una sociedad sin madres no sería solamente una sociedad fría sino una sociedad que ha perdido el corazón, que ha perdido el 'sabor a hogar'. Una sociedad sin madres sería una sociedad sin piedad que ha dejado lugar sólo al cálculo y a la especulación".
Para el Papa "las madres, incluso en los peores momentos, saben dar testimonio de la ternura, de la entrega incondicional, de la fuerza de la esperanza".
Francisco destacó la valentía "de esas madres que teniendo a sus hijos presos, o postrados en la cama de un hospital, o sometidos por la esclavitud de la droga, con frio o calor, lluvia o sequía, no se dan por vencidas y siguen peleando para darles a ellos lo mejor. O esas madres que en los campos de refugiados, o incluso en medio de la guerra, logran abrazar y sostener sin desfallecer el sufrimiento de sus hijos".
"He aprendido mucho de esas madres", aseguró. "Madres que se dejan literalmente la vida para que ninguno de sus hijos se pierda. Donde está la madre hay unidad, hay pertenencia, pertenencia de hijos", insistió.