MADRID,
¿Hay vidas de segunda clase? ¿Tiene menos valor una vida si dura solo unas horas? La irlandesa Tanya Coonan lo tuvo claro. Esperaba gemelas y rechazó el aborto porque creía que la vida de su hija tenía una razón de ser, aunque fuera por tiempo limitado.
Natural de Dublín, Tany Coonan se quedó embarazada de gemelas en 2012, y ella y su marido quedaron encantados con la noticia.
Sin embargo, en la revisión de la semana 13 de embarazo, los médicos le dijeron que una de las gemelas sufría iniencefalia, un defecto del tubo neural y que no sobreviviría ni una semana en el vientre de su madre.
"Me quedé en estado de skock, no sabía cómo reaccionar, no podía para de llorar", cuenta esta madre en la web Everylifecounts.
"Los médicos me dijeron que aunque mi bebé superara el embarazo, no viviría mucho tiempo".
"La semana siguiente, los médicos quedaron asombrados porque el corazón de mi bebé seguía latiendo, pero me aseguraron que aunque superara el embarazo, una vez fuera no viviría mucho tiempo", relata.