Una extrabajadora de un centro de salud del estado de Texas (Estados Unidos), aseguró que fue despedida, discriminada y vulnerada en su derecho a la objeción de conciencia, por negarse a enseñar a sus pacientes las prácticas anticonceptivas.
"Mi fe católica me enseña que la anticoncepción está mal. No puedo enseñar una clase que viola mis creencias religiosas. Siempre voy a poner mi fe en primer lugar", aseguró a The Washington Post, Karen Alexia Palma, la feligresa católica afectada.
El pasado miércoles, Palma presentó una demanda por discriminación ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades para el Empleo (EEOC), casi seis meses después de haber sido despedida por la clínica Legacy Community Health.
Como parte de su trabajo como educadora de salud, Palma impartía clases de planificación familiar tres veces al mes. Y durante un año y medio, la clínica le permitió acomodar sus creencias religiosas al dejarle reproducir un video de 20 minutos sobre el control de la natalidad en lugar de hablar personalmente con los pacientes.
"El permiso por motivos religiosos fue mínimo y no aumenté el trabajo de otros empleados en el Legacy, ni generé alguna molestia al empleador. Además, no afectaba la gran mayoría de lo que hacía como educadora de la salud", explicó Karen.
No obstante, en el mes de junio tras un cambio en la administración, le indicaron que estaba en la obligación de enseñar sobre anticoncepción y de asistir a un entrenamiento obligatorio en un local de la multinacional del aborto, Planned Parenthood. Pero ella se negó.