SANTIAGO,
Preocupación existe en la Arquidiócesis de Concepción, sur de Chile, por la situación de 70 mineros de la mina Santa Ana en Curanilahue, que luego de ser saludados en Nochebuena por sus familiares se encerraron incomunicados en el yacimiento a 650 metros de profundidad.
El Arzobispo de Concepción, Mons. Fernando Chomali, ha mediado el diálogo entre los trabajadores y el gobierno para lograr un acuerdo y que estos depongan la toma de hace 21 días en la que además, diez de ellos mantienen huelga de hambre.
En agosto de 2015 los mineros se encerraron por primera vez en la mina ya que SW Curanilahue S.A., dueños del yacimiento, adeudaban los sueldos desde julio y se declararon en quiebra. En esa ocasión el gobierno se comprometió a dar una ayuda social inicial, una canasta de alimentos por familia, asesoría jurídica y cursos de capacitación con becas de 400 mil pesos mensuales por un año.
Por segunda vez, en febrero de este año, 30 mineros iniciaron una protesta por supuestos incumplimientos del acuerdo. Hoy los mineros piden al gobierno que entregue cerca de 500 millones para adquirir el yacimiento y reactivar la producción. Además, acusan que hace tres meses no reciben bono de manutención.
El 16 de diciembre el sindicato de mineros se reunió con Mons. Chomali quien manifestó que "la legislación, en nuestro país, es muy frágil, respecto a aquellas personas que compran una mina, la explotan, y no pagan los sueldos, la previsión y la transfieren y se desentienden absolutamente. Esto en Chile no puede pasar. Lo digo con mucha franqueza, siento indignación que esto les pase a personas honestas, de trabajo, con familias, creyentes, que siguen haciendo patria en uno de los lugares más deprimidos de Chile".