VATICANO,
Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco explicó la importancia de tener el pesebre en casa, además de la necesidad de contemplar cada uno de sus elementos en el tiempo del Adviento y la Navidad, porque ahí también podemos encontrar una fuente de esperanza.
"En las casas de los cristianos, durante el tiempo de Adviento, se prepara el pesebre, según la tradición inaugurada por San Francisco de Asís. En su simplicidad, el pesebre transmite la esperanza", señaló el Papa.
"En primer lugar, nos fijamos en el lugar en el que nace Jesús: Belén. Una pequeña aldea de Judea donde mil años antes había nacido David, el pastor elegido por Dios para ser Rey de Israel".
El Pontífice recordó que Belén no era una capital, "y por eso fue el lugar preferido por la providencia divina, que ama actuar por medio de los pequeños y los humildes". "En aquel lugar nace el 'hijo de David' tan esperado, Jesús, en el cual se encuentran la esperanza de Dios y la esperanza de los hombres".
Después "podemos mirar a María, Madre de la esperanza". Francisco subrayó que María, con su "sí" abrió a "Dios la puerta de nuestro mundo: su corazón joven estaba lleno de esperanza, animada por la fe. Por eso Dios la eligió a ella, que ha creído en su Palabra".
Francisco también subrayó la importancia de la presencia de San José: "Junto a María está José, descendiente de Jesé y de David, quien también ha creído en la palabra del ángel, y mirando a Jesús en el pesebre, medita acerca de aquel Niño que viene del Espíritu Santo, y que el mismo Dios ordenó llamarle 'Jesús'. En ese nombre está la esperanza de cada hombre, porque mediante aquel hijo de mujer, Dios salvará a la humanidad de la muerte y del pecado".