MADRID,
Gloria Safdar llegó a Valencia (España) después de haber sido perseguida por ser cristiana. Uno de sus hermanos había sido acusado -injustamente- de haber hablado contra la ley antiblasfemia vigente en Pakistán, por eso durante tres años su familia estuvo amenazada de muerte, se vieron obligados a cambiar de casa y casi vivir en la clandestinidad hasta que decidió dejarlo todo y escapar.
Según explicó Gloria Safdar durante sus días en Madrid para la presentación de la Campaña de Navidad de Ayuda a la Iglesia Necesitada, a pesar de los atentados, la persecución y discriminación que sufren los cristianos en Pakistán "no tienen miedo a ir a las iglesias, aunque tienen que pasar muchos controles policiales porque hay riesgo de ataques" porque "la fe de los pakistaníes es su identidad y nadie quiere perder su identidad".
"No es una fe que me gusta y a la que me adapto, sino que está dentro de ti, pasa de generación en generación. Creen en Dios profundamente y tienen esperanza de que algún día cambie todo", insiste.
"La fe de los cristianos allí es tan grande que aunque sufren, se dicen dichosos y bienaventurados porque son perseguidos en nombre de Jesús, como está escrito en la Biblia y precisan que si persiguieron a Jesucristo, si somos sus seguidores no pueden dejarnos libres. Por eso no les da miedo seguir adelante, afrontar las dificultades porque no todos pueden salir del país", explica Gloria.
"Yo viví 24 años en Pakistán, de ese tiempo hay recuerdos buenos y malos. Pude estudiar porque mi familia tenía recursos económicos, pero la mayoría de cristianos en el país son pobres y no pueden llevar a sus hijos al colegio, o muchas veces son ellos los que dejan los estudios porque son discriminados, los sientan al final de la clase y los profesores no les motivan", explica a ACI Prensa la joven refugiada.