VATICANO,
Al recibir esta mañana a una delegación de la Acción Católica Italiana para saludarlos por Navidad, el Papa Francisco alentó a los jóvenes a ser apóstoles de la alegría del Evangelio anunciando el amor y la ternura de Jesús.
En la Sala del Consistorio del Palacio Apostólico, el Santo Padre explicó que cuando los ángeles anuncian la llegada del Redentor, se refieren a "una 'gran alegría', originada del descubrir que Dios nos ama y, a través del nacimiento de Jesús, se ha hecho cercano a nosotros para salvarnos".
A continuación y luego de resaltar que "somos amados por Dios. ¡Qué cosa maravillosa!", el Papa dio a los presentes este consejo: "cuando estamos un poco tristes, cuando parece que todo va mal, cuando un amigo o una amiga nos decepciona –¡o cuando nos decepcionamos a nosotros mismos!– pensemos: 'Dios me ama', 'Dios no me abandona'".
"Sí muchachos, nuestro Padre nos es siempre fiel y no deja un instante de querernos, de seguir nuestros pasos e incluso de buscarnos cuando nos alejamos un poco. Por esto en el corazón del cristiano siempre está la alegría. ¡Y esta alegría se multiplica compartiéndola! La alegría acogida como un don pide ser testimoniada en todas nuestras relaciones: la familia, la escuela, la parroquia, en todo lugar".
El Papa se refirió luego al lema de este año de la Acción Católica: "'CIRCUndados de alegría'. Es sugerente esta metáfora del circo, que es una experiencia de fraternidad, de alegría y de vida 'nómade'".
"La imagen del circo –continuó el Pontífice– puede ayudarles a sentir la comunidad cristiana y el grupo en el que están insertados como realidades misioneras que se mueven de país en país, de calle en calle, 'circundando' de alegría a cuantos encuentran cada día. Anunciando a todos el amor y la ternura de Jesús, se convierten en apóstoles de la alegría del Evangelio. ¡Y la alegría es contagiosa!"