VATICANO,
Tras el rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó a las víctimas de la guerra en Siria, en especial a los afectados por los combates en la ciudad de Alepo y pidió el fin de la violencia.
"Hoy nos sentimos cercanos, especialmente en la oración, a la gente de Alepo. No podemos olvidar que Alepo es una ciudad en la que hay personas: familias, niños, ancianos, enfermos…", señaló el Santo Padre para resaltar que la guerra no son solo números o movimientos de tropas, sino que tiene efectos dramáticos sobre la población.
"Por desgracia –continuó el Pontífice–, nos hemos acostumbrado a la guerra, a la destrucción, pero no hay que olvidar que Siria es un país lleno de historia, de cultura y de fe. No podemos aceptar que esto sea negado por la guerra, que es un cúmulo de abusos y de mentiras".
"Apelo al compromiso de todos para que se haga una elección por la civilización: no a la destrucción, sí a la paz, sí a la gente de Alepo y de Siria", dijo.
En los últimos días, la ofensiva del ejército sirio, con apoyo aéreo ruso y con la ayuda de milicias chiíes provenientes del Líbano, Irak e Irán, ha conseguido arrebatar a los rebeldes opositores más de 50 barrios de la zona oriental de Alepo, incluida la ciudad vieja, de gran valor estratégico. De esta manera el régimen del presidente sirio Bashar al-Assad controla ya más del 90% de la ciudad.