MENDOZA,
El Arzobispado de Mendoza en Argentina reiteró su "más profundo dolor, indignación y vergüenza" y explicó las medidas canónicas tomadas ante los abusos sexuales ocurridos en un centro del Instituto Antonio Próvolo, que atiende a niños con problemas de audición y trastornos del lenguaje, en el que están involucrados dos sacerdotes y varios laicos.
La justicia declaró como imputados por los delitos de "abuso sexual agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores, en concurso real con corrupción de menores" a los sacerdotes: P. Nicolás Corradi, P. Horacio Corbacho; al administrativo, José Luis Ojeda; al monaguillo, José Bordón y al jardinero, Armando Gómez, todos trabajadores del lugar.
El testimonio de las siete víctimas que han declarado, indican que los abusos se remontarían a 2007 y sucedieron cuando los afectados eran todos menores de edad en la localidad de Luján de Cuyo.
En un segundo comunicado con fecha 2 de diciembre, el Arzobispado de Mendoza manifestó su claro rechazo a estos lamentables hechos.
"Rechazamos cualquier acción de abuso contra menores y vulnerables o cualquier tipo de abuso, por considerarlo un grave delito humano, contrario a la fe y más aún cuando el abusador sea clérigo".
El comunicado señala también que "comprendemos y compartimos el sufrimiento de toda la comunidad. Es un gran dolor. Al mismo tiempo los invitamos a unirnos para poder transitar este momento en busca de la verdad, la justicia y la paz y para procurar el mejor acompañamiento de quienes se sienten más dañados".