VATICANO,
Pocos días antes de la Navidad, el Papa Francisco recordó que Dios es el buen pastor que "nos ama uno por uno" con una ternura sin fin y comparó la figura de la oveja perdida con Judas.
El Pontífice aseguró que "quien no conoce las caricias del Señor no conoce la doctrina cristiana". "¡Quien no se deja acariciar por el Señor está perdido!"
"Es este el gozoso anuncio, esta es la sincera alegría que nosotros queremos hoy. Esta es la alegría, este es el consuelo que buscamos: que venga el Señor con su potencia, que son las caricias, a encontrarnos, a salvarnos, como la oveja perdida y a llevarnos al rebaño de su Iglesia".
En la homilía que pronunció en la Misa de la Casa Santa Marta, el Pontífice comentó el Evangelio de la oveja perdida. "Él viene como un juez, pero es un juez que acaricia, un juez que está lleno de ternura: hace todo lo posible para salvarnos". Es decir, no viene "a condenar, sino a salvar".
Francisco explicó que Dios "no ama la masa indistinta" si no que "nos ama por el nombre, nos ama como somos". Así, la oveja perdida "no se ha perdido porque no tenía una brújula en la mano". "Conocía bien el camino", pero "tenía el corazón enfermo" con una "disociación interior para alejarse del Señor, para saciar esa oscuridad interior que la llevaba a la doble vida".
"El Señor conoce estas cosas" y "va a buscarla". "La figura que más me hace entender la actitud del Señor con la oveja perdida es la actitud del Señor con Judas", subrayó.