VATICANO,
La primera Audiencia General después de concluir el Jubileo de la Misericordia tuvo lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano con miles de fieles que escucharon al Papa Francisco hablar de dos obras de misericordia: aconsejar a los que dudan y enseñar a los ignorantes.
En la catequesis, el Papa habló también de las dudas de fe y explicó que estas "tocan la fe, en sentido positivo, son un signo de que queremos conocer mejor y más a fondo a Dios, a Jesús y al misterio de su amor hacia nosotros".
"Es un bien que nos preguntemos sobre nuestra fe, porque de este modo somos empujados a profundizar en ella", destacó. No obstante, "las dudas, de todas maneras, son superadas". Para ello "es necesario escuchar la Palabra de Dios y comprender todo lo que nos enseña".
El Papa explicó que una ayuda importante a este respecto es la catequesis con la que "el anuncio de la fe viene a encontrarnos en lo concreto de la vida persona y comunitaria". El otro camino es el de "vivir lo más posible la fe". "No hagamos de la fe una teoría abstracta donde las dudas se multiplican" sino "hagamos sobre todo de la fe nuestra vida", exhortó el Pontífice.
"Busquemos practicarla en el servicio a los hermanos, especialmente a los más necesitados" y entonces "muchas dudas se desvanecerán porque sentimos la presencia de Dios y la verdad del Evangelio en el amor que, sin nuestro mérito, habita en nosotros y compartimos con los otros", pidió a los miles de fieles que lo escuchaban.
Sobre las obras de misericordia de educar y aconsejar, el Obispo de Roma apuntó que "se pueden vivir tanto desde una dimensión sencilla, familiar, al alcance de todos como desde una dimensión institucional, organizada".