PARIS,
En una ceremonia celebrada en el Parque de Exposiciones de Aviñón, en Francia, el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos, beatificó al P. María-Eugenio del Niño Jesús, sacerdote de la Orden de los Carmelitas Descalzos, y fundador del Instituto Secular Notre-Dame de Vie, quien destacó por su intensa vida espiritual.
El nuevo beato, cuyo nombre de bautismo era Henri Grialou, nació en la localidad francesa de Gua, en una comarca minera de la región de Aveyron, el 2 de diciembre de 1894. Era el tercero de cinco hermanos de una familia humilde.
Su padre falleció en el año 1904, y desde entonces fue su madre la que trabajó duramente por sacar a la familia adelante.
Henri Grialou recibió una profunda educación cristiana, y ya desde su infancia sintió la vocación al sacerdocio. Su etapa de seminarista estuvo marcada por las privaciones y las consecuencias derivadas de la Primera Guerra Mundial, que le obligaron a interrumpir sus estudios. Sin embargo, esas circunstancias no le apartaron de su camino al sacerdocio, todo lo contrario.
La dura experiencia de la guerra le ayudó a crecer en la fe, a madurar su vocación y a acrecentar su decisión de servir a Dios y a la Iglesia mediante el ejercicio del ministerio sacerdotal. Su relación con el Carmelo teresiano comienza tras la lectura de un libro sobre San Juan de la Cruz durante ese período.
El 4 de febrero de 1922 fue ordenado sacerdote y entró al noviciado de los carmelitas. El 10 de marzo de 1922 recibió el hábito de la Orden y adoptó el nombre de María-Eugenio del Niño Jesús.