MADRID,
El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, señaló en su carta pastoral semanal que si buen este fin de semana concluye el Año Jubilar de la Misericordia, no quedan clausuradas las obras de misericordia.
Mons. Fernández destacó que este año jubilar ha servido para "caer en la cuenta de que la misericordia constituye el corazón del Evangelio", con muchos momentos para "acoger el gran perdón de Dios para toda la humanidad y para cada uno de nosotros" y para "ejercitarnos en la práctica de las obras de misericordia, tanto corporales como espirituales".
A pesar de que se clausura el Años Jubilar de la Misericordia, precisó, "el corazón de Dios no se cierra, sigue abierto de par en par para todo", y señaló que "la misericordia de Dios ha llegado a su plenitud en el Corazón de Cristo, que nos ama hasta el extremo".
"Tampoco se clausuran las obras de misericordia, sino que este año nos ha impulsado a practicarlas continuamente como seña de identidad del cristiano", dijo el Obispo, ya que "son muchas las pobrezas que padece el hombre de hoy: falta de amor, desprecio y marginación, adicciones múltiples".
Mons. Fernández animó a los fieles a no pasar de largo ante quienes sufren y "compartir su dolor y ofrecerles nuestra esperanza para que alcancen la verdadera libertad".
El Prelado español indicó en su carta que, "al experimentar la misericordia recibida y repartida, hemos entendido mejor que sólo el amor transforma el mundo, nunca el odio ni el enfrentamiento", y por eso alentó a "ponernos manos a la obra, a la obra del amor que brota del Corazón de Cristo y quiere llegar a todos los corazones, y no nos dejemos seducir por propuestas rápidas y engañosas".