MADRID,
Cientos de miles han firmado una campaña de CitizenGO, solicitando al Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Zeid bin Ra´ad, que intervenga en el caso de Petr Jasek, misionero cristiano que podría ser condenado a pena de muerte en Sudán.
Jasek es un misionero checo que llegó a Sudán en 2015, con el objetivo de ayudar financieramente en el tratamiento del estudiante Ali Omer, afectado por graves quemaduras en el 85% de su cuerpo tras una manifestación de 2013 contra las tasas universitarias.
Jasek quiso además auxiliar a otros cristianos que sufren en Sudán por su fe.
El misionero checo tenía pensado volver a su país el 10 de diciembre de 2015, pero los servicios secretos sudaneses de lo impidieron en el aeropuerto, manteniéndolo incomunicado durante semanas.
Luego, explica CitizenGO, un fiscal sudanés acusó a Jasek de espionaje, sedición y subversión, entre otros cargos.